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Trepas ágilmente y miras por el ventanal. Ves una larga fila de personas que avanzan voluntariamente hacia un altar, consagrado a Gedriel, el Demonio del Mal. Un par de sacerdotes, de la inmunda raza de los Orcos de Khaos, van degollando una a una a las víctimas para rociar con su sangre la estatua. Traga saliva y ve a 39